Es una obra de butoh y poesia, que habla de la existencia, de la muerte y la búsqueda de seres perdidos que luchan por no desaparecer.

La puesta en escena propone una exposición absoluta del cuerpo, los personajes entregados y expuestos, transitan en un viaje sensorial al principio de su desaparición, en el momento antes de morir, buscando el retorno de la memoria.

Los textos del poeta Humberto Díaz Casanueva (Premio Nacional de Literatura 1971) sitúan al espectador en las distintas atmósferas a lo largo de la obra, llevando al público a un estado de introspección y reflexión.

La ropa se sitúa como un elemento revelador, el eslabón que conecta a los muertos con los vivos y que está presente en todo momento.